Me considero afortunada por un millón de motivos, y uno de ellos es contar con personas a mi alrededor que me ayudan a dar un pasito más. Desde hace años tengo la idea en la cabeza, y ahí seguirá por muchos años más, la fotografía del parto forma parte de mi pasión como fotógrafa y espero que de mi futuro. Moví hilos para seguir formándome y entonces apareció Laura, dispuesta a regalarme la oportunidad de estar presente en un momento tan íntimo y familiar como es la llegada de tu bebé en casa.
Una luz muy tenue en su casa de Las Palmas, tanto fue así que disparé a ISO 1600 (casi nada), sólo una pequeña lámpara iluminaba la habitación. Allí no se respirada otra cosa que paz y tranquilidad, un profesional increible acompañando a la mamá en todo momento, un papá expectante y observador a todo lo que allí ocurría, un hermano mayor durmiendo ajeno a lo que allí acontecía, una madre dando lo mejor de sí y más, por verle la carita a su pequeña... y entonces nació Naia. No tengo palabras para describir la sensación, fue absolutamente maravilloso. Qué manera más bonita de estrenar vida y recibir al nuevo miembro de la familia, en casa, bien acompañada y con el calor de mamá bien cerquita en todo momento. Enhorabuena Laura por tu valentía, tu fuerza y tu entereza. No lo olvidaré en la vida, un millón de gracias :) Y a ti, Nicolás, otro millón de gracias, pues sin ti no hubiera sido posible formar parte de esta experiencia.
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Gustavo Gonzalez (domingo, 29 octubre 2017 14:58)
Precioso reportaje Esther! No hay nada más bonito que poder guardar un documento cargado con tanto valor sentimental como recuerdo en la familia. Felicitaciones.