Ser participe de la historia de un nacimiento, siempre es algo muy especial. Por lo que es muy difícil para mi describir lo que sentí después de fotografiar este en particular.
Esta familia se cruzó en mi camino , para acompañarme y quedarse. Pasando de ser clientes a ser grandes amigos. Todo el que los conoce saben bien lo mucho que se hacen querer. Les conocí siendo 4 y ya son 6. He sido participe de su historia a través de mis imágenes en muchas ocasiones, incluyendo el día en el que los 3 hermanos se enteraron de que esta pequeña venia en camino, siendo una de las primeras en enterarme. Hace tres años y medio el destino hizo que no pudiéramos fotografiar su anterior parto, y esta vez, todo fue sobre ruedas.
Disfrutar de este espectáculo de la naturaleza es algo que nunca dejará de sorprenderme. Un parto natural respetado y acompañado con mucha serenidad. Escuchar a la mamá animar y recibir a su hija con tanto amor, coraje y agradecimiento recarga le energía más bonita del ser humano. Que levantara la cara para decirme “Esther, ¡mira qué linda!” , será algo que me ponga los pelos de punta de por vida, no olvidaré jamás esa expresión y esa linda voz. Esa sonrisa hermosa de mamá y esas lagrimas de papá emocionado hicieron que esta bienvenida fuera mágica y cargada de amor.
La familia crece, y el encuentro entre hermanos es la guinda del pastel. Cada uno en su papel y emocionado a su manera. Qué bonitas miradas, caricias y expresiones se dan en este momento, y estar allí para fotografiarlo y que puedan disfrutar de este momento para toda la vida, me hace sentir muy afortunada.
Gracias familia por el apoyo, el cariño recibido y por valorar tanto y tan bien mi trabajo. Es un placer tenerlos en mi vida.
Nasey, te vio nacer pequeña V.
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